Cadena Ciudadana
Cadena Ciudadana
CDMX

El asfalto y el cemento impulsan lluvias más intensas en la Ciudad de México

La urbanización agrava el fenómeno de las «islas de calor», potenciando las precipitaciones en la capital. La Ciudad de México experimenta un aumento en la intensidad de sus lluvias, un fenómeno directamente relacionado con el efecto de «isla de calor» provocado por la creciente urbanización. Así lo señaló Víctor...

junio 19, 2025

La urbanización agrava el fenómeno de las «islas de calor», potenciando las precipitaciones en la capital.

La Ciudad de México experimenta un aumento en la intensidad de sus lluvias, un fenómeno directamente relacionado con el efecto de «isla de calor» provocado por la creciente urbanización. Así lo señaló Víctor Orlando Magaña Rueda, investigador del Departamento de Geografía Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctor en Ciencias Atmosféricas. La humedad, transportada por vientos provenientes de regiones como el Caribe o el Golfo de México, reacciona con el calor generado por las vastas superficies de cemento y asfalto, elevando el vapor de agua en la atmósfera que, al condensarse, produce precipitaciones.

El fenómeno de la isla de calor y su impacto

El especialista detalló que la urbanización genera una «isla de calor», una masa de aire caliente sobre la ciudad con mayor capacidad para retener vapor de agua. Aunque este vapor no se traduce directamente en lluvia, la interacción con las grandes extensiones de cemento y asfalto favorece el desarrollo de tormentas cada vez más fuertes. Magaña Rueda indicó que el registro de lluvias desde principios del siglo XX muestra un incremento en el número de tormentas anuales a medida que la ciudad se expande, tendencia que se espera continúe.

Sigue leyendo: Lluvias en la CDMX: gobierno capitalino exhorta a empleadores a optar por el trabajo en casa

Vulnerabilidad de la Ciudad de México y la necesidad de prevención

A pesar de la abundancia de lluvias registradas en junio, el experto considera que su comportamiento no es extraordinario, y la Ciudad de México es altamente vulnerable tanto a periodos de sequía como a excesos de precipitación. Resaltó la importancia de la prevención, mencionando que estudios de hace 30 o 40 años ya advertían sobre el aumento de la intensidad de las lluvias en las ciudades. Esto subraya la necesidad de que los gobiernos hubieran enfocado sus esfuerzos en mejorar los sistemas de drenaje, invertir en infraestructura y fomentar una cultura de prevención ante eventos de lluvia intensa entre la población.

Gestión del riesgo frente a los fenómenos naturales

Magaña criticó la tendencia a culpar a la naturaleza de los estragos causados por las lluvias, argumentando que se trata de un enfoque «naturalista» que debe desaparecer. Según el investigador, los impactos de una lluvia intensa, una sequía o una onda de calor no dependen únicamente del evento en sí, sino también del nivel de vulnerabilidad de la población, un factor que puede ser controlado y corregido con una adecuada toma de decisiones en la gestión del riesgo urbano.

Con información de: El Sol de México

RELACIONADAS

Únete a la comunidad

Para recibir información ciudadana.