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Los desafiantes inicios del Metrobús en la Ciudad de México: un sistema que nació rebasado

Un vistazo a los problemas y controversias que rodearon la inauguración de la Línea 1 del Metrobús hace dos décadas. El Metrobús celebra 20 años de servicio en la Ciudad de México, pero su inauguración fue un evento marcado por la prisa gubernamental y numerosos problemas. El 19 de...

junio 19, 2025

Un vistazo a los problemas y controversias que rodearon la inauguración de la Línea 1 del Metrobús hace dos décadas.

El Metrobús celebra 20 años de servicio en la Ciudad de México, pero su inauguración fue un evento marcado por la prisa gubernamental y numerosos problemas. El 19 de junio de 2005, el primer tramo de la Línea 1, que conecta Indios Verdes con Doctor Gálvez, se puso en marcha bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, quien entonces era jefe de Gobierno, en medio de críticas y un evidente caos.

Reportes periodísticos de la época documentaron la irritación de los capitalinos y el desorden generado en la avenida Insurgentes Norte, una arteria ya congestionada. Agentes de tránsito cerraron dos carriles cerca de la futura estación Potrero para acelerar la colocación de la estructura de los puentes, vitales para el acceso de pasajeros. Estos cierres matutinos provocaron retrasos de más de 35 minutos para los usuarios del transporte público que se dirigían a sus trabajos y escuelas.

Críticas y obras inconclusas previas a la inauguración

La caótica situación y la exasperación de automovilistas y pasajeros fueron capitalizadas por la oposición. Las fracciones del Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en la Asamblea Legislativa local enviaron una carta a López Obrador, instándolo a posponer la inauguración de la obra, programada para el domingo 19 de junio. Los legisladores señalaron que 19 de las 36 estaciones presentaban trabajos inconclusos, carecían de puentes para pasajeros, pasos peatonales en las calles aledañas y semáforos.

López Obrador restó importancia a las quejas, calificándolas de sesgo político, y aseguró que la Línea 1 del Metrobús brindaría un excelente servicio. Por su parte, Claudia Sheinbaum, entonces secretaria del Medio Ambiente, anunció un operativo especial para asegurar que el nuevo sistema de transporte estuviera listo a tiempo, garantizando la seguridad de los pasajeros y negando la existencia de obras inconclusas significativas. En ese momento, solo faltaban el sistema de peaje y algunas señalizaciones.

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El día de la inauguración: fallas y saturación

Sheinbaum Pardo recordó que la entrada en servicio del Metrobús permitiría sacar de circulación 352 microbuses de la Ruta 2, que operaban el ramal de Indios Verdes a San Ángel. La inversión en la Línea 1 fue de 300 millones de pesos, y el servicio iniciaría con 80 unidades. Aunque se talaron mil 794 árboles, se sembraron cinco mil 448 para compensar.

El día de la inauguración, el jefe de Gobierno y su gabinete realizaron el recorrido inicial. López Obrador admitió que el Metrobús tardaría al menos 15 días en «rendir frutos», confiando en que después de ese tiempo el sistema funcionaría según lo planeado. Sin embargo, el Metrobús no superó la prueba de su primer día de funcionamiento, el lunes 20 de junio. De las 60 unidades en servicio, una chocó, tres se descompusieron y cinco presentaron fallas en el sistema de cierre de puertas, lo que obligó a los pasajeros a esperar hasta 15 minutos en horas pico.

Otros inconvenientes incluyeron:

  • Automóviles invadiendo el carril confinado.
  • Dificultades de los conductores para acercar las unidades a la estación Glorieta de Insurgentes.
  • Puentes de acceso a las estaciones Potrero y Euzkaro aún sin terminar, impidiendo su servicio.

Lo más crítico fue que el tiempo de recorrido entre Indios Verdes y Doctor Gálvez fue de hora y media, similar al de los microbuses. Muchos pasajeros, desesperados por la lentitud, exigieron descender de las unidades. Las autoridades atribuyeron los problemas a que la demanda superó la oferta de unidades, con una afluencia del 40 por ciento más de lo esperado. Para el 23 de junio, aunque la frecuencia de paso mejoró a tres minutos con 74 camiones articulados, y el tiempo de recorrido se redujo a una hora con 15 minutos, las estaciones Potrero y Euzkaro seguían cerradas y se reportaron dos pasajeros lesionados. Las autoridades reconocieron que el nuevo sistema de transporte nació saturado debido a la alta demanda.

Con información de: El Sol de México

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