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Miles de personas, provenientes de diversos estados de la nación, han iniciado el arribo masivo al cerro del Tepeyac, anticipándose a la celebración del día de la Virgen de Guadalupe. Este movimiento, que se intensifica a cuatro días de la festividad, tiene como propósito participar en las ceremonias y...
diciembre 9, 2025
Miles de personas, provenientes de diversos estados de la nación, han iniciado el arribo masivo al cerro del Tepeyac, anticipándose a la celebración del día de la Virgen de Guadalupe. Este movimiento, que se intensifica a cuatro días de la festividad, tiene como propósito participar en las ceremonias y manifestar su agradecimiento a la figura mariana. La movilización es un testimonio del profundo arraigo de la devoción.
Ejemplos de este compromiso personal son recurrentes. Roberto, un peregrino, relató su séptima caminata consecutiva desde Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca, hasta la Ciudad de México, acompañado por su familia y miembros de su comunidad. Su objetivo se centra en asistir a la misa, un logro que celebra año con año. Pese a reconocer las bajas temperaturas y la complejidad del trayecto en la temporada invernal, afirmó que la gratitud es un motor más poderoso que cualquier obstáculo. Su motivación es un agradecimiento general «a Dios por todo lo que me da».
El esfuerzo físico que implica esta devoción es significativo. Dolores Leonor López, liderando un grupo de peregrinos de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, inició su viaje el 6 de diciembre para alcanzar el templo del Tepeyac el lunes 8, manteniendo una tradición de diez años. Pese a calificar el camino de «largo y muy complicado», enfatizó que el amor por la causa es lo que impulsa a continuar. López, quien pertenece al Club de Peregrinos Descalzos, cumplirá su promesa con un acto adicional de gratitud: el regreso corriendo sin calzado.
La razón de su sacrificio es tangible: “Yo lo hago para agradecer a la virgencita; hace tiempo tuve una enfermedad y se me cumplió el milagro de recuperarme”, compartió. Este tipo de testimonios subraya la conexión personal de la fe con la esperanza y la sanación.
La diversidad en las manifestaciones de fe es notoria. Desde Tulancingo, Hidalgo, Pablo Galindo arribó al recinto acompañado de una procesión que incluía flores, imágenes religiosas y una banda musical que amenizaba el camino. Su grupo, tras salir el sábado 5 a las 2:00 horas, celebró el haber culminado la meta. Su motivación fue una combinación de «gusto» y la intención de agradecer por aspectos concretos de su vida, como la salud y el empleo.
Por su parte, Benita Hernández, integrando una peregrinación desde Metepec, Hidalgo, describió que su jornada de tres días comenzó el viernes 5. El trayecto está marcado por una secuencia continua de caminata, el rezo, breves momentos de descanso y la ingesta de alimentos en el camino.
Con información de EL UNIVERSAL
