El pasado jueves 26 de septiembre, una serie de microsismos en las alcaldías Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón y Benito Juárez despertaron la preocupación de los habitantes de la Ciudad de México (CDMX). Aunque estos movimientos telúricos generan inquietud, no son un fenómeno nuevo. De acuerdo con investigadores de la...
septiembre 27, 2024
El pasado jueves 26 de septiembre, una serie de microsismos en las alcaldías Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón y Benito Juárez despertaron la preocupación de los habitantes de la Ciudad de México (CDMX). Aunque estos movimientos telúricos generan inquietud, no son un fenómeno nuevo. De acuerdo con investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estos eventos han sido comunes en la región desde hace décadas y tienen una explicación geológica clara.Los especialistas del Servicio Sismológico Nacional (SMN) aclaran que estos sismos, de magnitud menor a 4, se originan cerca de la superficie terrestre, entre 500 metros y dos kilómetros de profundidad. Esta poca profundidad explica por qué, aunque los sismos son perceptibles, no se activa la alerta sísmica. Víctor Espíndola, experto del SMN, señala que en 2023 se registraron 85 sismos en la capital, un número que aunque no es alarmante, demuestra que los movimientos son más frecuentes de lo que se piensa.La Faja Volcánica Transmexicana y los microsismosRobin Campion, vulcanólogo del Instituto de Geofísica de la UNAM, explicó que la Ciudad de México se encuentra sobre la Faja Volcánica Transmexicana, una banda geológica que cruza el país de oeste a este y alberga los principales volcanes activos de México, como el Popocatépetl, el Nevado de Toluca y el Pico de Orizaba. Esta zona está marcada por fallas geológicas que pueden dar lugar a los llamados «microsismos».En la capital, existen varias fallas locales, como las de Mixuca, Santa Catarina, San Lorenzo Tezonco y Copilco. En 2024, los expertos descubrieron una nueva falla, la Plateros-Mixcoac, que también contribuye a la sismicidad local. Delia Bello, del SMN, destaca que la actividad sísmica reciente se concentra en el poniente de la ciudad, especialmente en las fallas de la Sierra de las Cruces.Según Bello, el sismo de 2017, de magnitud 7.1, que devastó gran parte de la CDMX, Morelos y Puebla, reactivó fallas que habían permanecido inactivas durante décadas. A pesar de esta reactivación, los expertos coinciden en que el riesgo de un gran sismo con epicentro en la capital sigue siendo bajo, ya que no hay registros históricos de un evento de gran magnitud originado en la ciudad.El enjambre sísmico del 26 de septiembreEl jueves 26 de septiembre, se registraron un total de nueve microsismos en la CDMX. El primero, de magnitud 2.5, ocurrió a las 0:39 horas en la alcaldía Miguel Hidalgo. Entre las 5:00 y las 11:00 horas, se reportaron cinco sismos más, todos con magnitudes menores a 2.0 grados. El último evento se detectó a las 19:51 horas, con una magnitud de 1.7, también al sureste de Miguel Hidalgo.Estos sismos, aunque menores, forman parte de lo que los sismólogos llaman un «enjambre sísmico», una serie de movimientos de baja magnitud que ocurren en un periodo corto de tiempo en una misma zona. Aunque no representan un peligro significativo para la población, continúan siendo monitoreados por el SMN para estudiar su comportamiento y posibles implicaciones a largo plazo.En resumen, los microsismos en la CDMX son fenómenos naturales relacionados con la actividad geológica de la región. Aunque generan inquietud, su riesgo es limitado, y los expertos aseguran que, en su mayoría, no representan un peligro para la seguridad de los habitantes.