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En un fascinante ejemplo de serendipia científica, un laboratorio en la Universidad de Tufts, Reino Unido, ha conseguido lo que parecía reservado al mundo del cine: desarrollar una fibra sintética capaz de emular las famosas telarañas de Spiderman. Este asombroso avance, fruto del trabajo del investigador Marco Lo Presti,...
enero 23, 2025
En un fascinante ejemplo de serendipia científica, un laboratorio en la Universidad de Tufts, Reino Unido, ha conseguido lo que parecía reservado al mundo del cine: desarrollar una fibra sintética capaz de emular las famosas telarañas de Spiderman. Este asombroso avance, fruto del trabajo del investigador Marco Lo Presti, permite disparar una seda líquida que se solidifica al contacto con el aire, pudiendo levantar objetos hasta 80 veces más pesados que su propio peso.
Lo que empezó como una investigación centrada en adhesivos ultraresistentes basados en fibroína, una proteína natural presente en la seda de insectos y arañas, tomó un giro inesperado durante un proceso tan rutinario como lavar matraces. Al añadir acetona, Lo Presti notó que la fibroína en solución formaba una nube blanquecina que, al analizar, resultó ser el polímero que llevaba meses intentando sintetizar sin éxito.
La clave estaba en la acetona, que separaba eficientemente la fibroína del agua, secándola y facilitando su entrelazado. Este hallazgo no solo redujo significativamente el tiempo y la complejidad del proceso, sino que también abrió la puerta a la creación de una fibra que puede dispararse mediante una aguja coaxial, simulando las habilidades del icónico superhéroe.
El proceso fue refinado al añadir dopamina, que actúa como «pegamento» molecular, y quitosano, un compuesto que aumenta la resistencia de las fibras. Al reducir su acidez, los investigadores lograron que estas fibras fueran lo suficientemente adhesivas para recoger objetos a distancia, una innovación con aplicaciones potenciales en campos como la exploración subacuática, la robótica, e incluso la recolección de desechos espaciales.
Desde el laboratorio Silklab, liderado por Fiorenzo Omenetto, la investigación avanza en múltiples direcciones. Además de trabajar en adhesivos subacuáticos, desarrollan recubrimientos comestibles a base de seda para aumentar la vida útil de alimentos. Según Omenetto, su misión es explorar la delgada línea entre la imaginación y lo posible, donde «la magia» científica cobra vida.
Aunque surgido por accidente, este desarrollo demuestra que, en ciencia, incluso los errores pueden ser el preludio de grandes avances. La telaraña de Spiderman ya no es ficción; es ciencia aplicada.
Con información de: National Geographic
