De acuerdo con censo realizado por parte del DIFEM, el Estado de México, reporta hasta el momento 500 menores en situación orfandad; aunque de acuerdo a Cristel Yunuen Pozas Serrano, procuradora del DIF estatal, esta cifra podría ser mayor debido a que muchas familias no han legalizado la tutoría...
noviembre 3, 2021De acuerdo al medio de Milenio, en Toluca, la directora del Colegio Alma Mater, María Eugenia Martínez, declaró que, la situación escolar de los alumnos se ha visto afectada no solamente por la ausencia de clases presenciales, al igual que por la pérdida de padres de familia que provocaron un cambio de rol en los niños.
“Los niños que iniciaron este ciclo escolar sin un padre de familia, ya sea su mamá o papá; empezaron a tener distintas actitudes que han evitado que el niño tenga un rendimiento escolar esperado. Por ejemplo, ya tiene responsabilidades que ellos mismos adquirieron al pensar que ya no pueden ser niños y deben seguir una actitud adulta; tomar decisiones que no son todavía para ellos o incluso, dejar de estudiar porque deben de atender a su familia trabajando. Estos factores le impiden estar bien en su educación, especialmente si es nivel básico”, manifestó.
Martínez indicó que las familias con este tipo de situación, deben de acudir a autoridades, como la Secretaría de Educación Pública o al DIF de la entidad mexiquense, para que puedan tener acceso a programas estatales o federales, que les permitan continuar sus estudios.
“Tengo entendido que los niños que tienen estos problemas, pueden ser inscritos a programas estatales o federales para que no exista deserción en sus estudios y sigan preparándose. La educación en edad primaria es fundamental para todo; es lamentable que el virus los haya colocado en estos panoramas pero también es deber de nosotros apoyarlos y orientarlos”, aseveró.
Problemas educativos
De acuerdo a la directora Martinez, los estudiantes de educación primaria que tienen este problema presentan un rendimiento escolar más lento, provocando un retraso en su aprendizaje.
“Los niños dejan de tener un gusto por la escuela, dejan de asistir, a pesar de que se lo inculquen o los motiven en su núcleo familiar; que ahora puede ser conformado solamente por sus abuelos o uno solo de sus padres. Los niños pierden motivación, pierden gusto, entonces nosotros como docentes también tenemos problemas en su rendimiento; provocando nuevos esfuerzos de parte de nosotros o incluso dividir al grupo para que ellos tengan más una educación personalizada y hacerles ver que no están solos”, indicó.
Con información de Milenio