La Ciudad de México no cumple con la demanda de vivienda social; las obras cayeron 63% entre 2018 y 2023. Déficit de vivienda social: un problema persistente La Ciudad de México enfrenta un grave déficit en la construcción de vivienda social, un sector crucial para las familias con menos...
agosto 25, 2025
La Ciudad de México no cumple con la demanda de vivienda social; las obras cayeron 63% entre 2018 y 2023.
La Ciudad de México enfrenta un grave déficit en la construcción de vivienda social, un sector crucial para las familias con menos recursos. A pesar de que se estima que la capital necesita alrededor de 40 mil viviendas anuales, las cifras oficiales revelan que la edificación ha estado muy por debajo de este objetivo. Entre los años 2018 y 2023, la construcción de este tipo de inmuebles se desplomó un 63%, pasando de 3,020 a 1,115 hogares. En 2024, aunque hubo un repunte a 2,549 moradas, esta cifra apenas representa el 6.3% de la demanda anual requerida, mostrando que la política de vivienda no es efectiva.
Especialistas en desarrollo urbano, como los de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda, han advertido sobre esta problemática. El presupuesto del INVI, que en 2025 es de 9 mil millones de pesos, resulta insuficiente para cubrir el valor del suelo en las zonas céntricas, lo que dificulta la construcción de viviendas asequibles y genera un círculo vicioso de desplazamiento de población a la periferia.
Expertos, como la ingeniera y urbanista Gabriela Salido, señalan que el origen del problema se remonta al Bando 2 de 2000, una medida que, aunque buscaba repoblar las zonas centrales, terminó por expulsar a las personas de bajos ingresos al limitar la construcción de vivienda de interés social. Esta política propició una inversión privada desregulada, con un enfoque en vivienda de gama media y alta, que aumentó el costo de los predios.
La falta de planificación urbana se suma a este escenario. Proyectos fundamentales como el Plan General de Desarrollo (PGD) y el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT) han sufrido retrasos y cancelaciones por falta de participación ciudadana, lo que impide un crecimiento equilibrado y equitativo de la ciudad. Salido también ha criticado la falta de una política pública clara y la concentración del presupuesto del INVI en proyectos de reconstrucción. La situación es más compleja aún con la aparición de la gentrificación y el fenómeno de los «nómadas digitales», factores que han encarecido aún más el costo de la vivienda.
El valor del suelo en la CDMX es un impedimento significativo para la construcción de vivienda social asequible. Por ejemplo, el valor catastral de un predio en la colonia Centro, en la alcaldía Cuauhtémoc, haría que el costo de la tierra para 40 mil viviendas de 100 metros cuadrados ascendiera a más de 35 mil millones de pesos. Este monto es más de 26 mil millones de pesos superior al presupuesto total del INVI para 2025, lo que evidencia una brecha financiera insalvable.
Incluso en zonas como la colonia Atlampa en la alcaldía Cuauhtémoc o Las Salinas en Azcapotzalco, el costo de la tierra para edificar la vivienda social requerida superaría el presupuesto disponible por miles de millones de pesos. Este panorama demuestra que sin una política pública integral que involucre subsidios, regulación y una planeación urbana estratégica, la promesa de vivienda accesible seguirá siendo una asignatura pendiente para los habitantes de la Ciudad de México.
Con información de: La Crónica