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La primera elección del Poder Judicial en la Ciudad de México, celebrada este 1 de junio, transcurrió más como un «domingo cualquiera» que como una jornada electoral histórica. A pesar de su relevancia, la votación se vio opacada por la apatía ciudadana, la desinformación y los retrasos en la...
junio 3, 2025
La primera elección del Poder Judicial en la Ciudad de México, celebrada este 1 de junio, transcurrió más como un «domingo cualquiera» que como una jornada electoral histórica. A pesar de su relevancia, la votación se vio opacada por la apatía ciudadana, la desinformación y los retrasos en la apertura de casillas, resultando en una participación notablemente baja.
Lo que el oficialismo presentó como un avance democrático, en las calles de la capital se manifestó como indiferencia y confusión. El desinterés generalizado de los ciudadanos capitalinos refleja la tibia acogida de la reforma al Poder Judicial impulsada por Morena, que buscaba involucrar directamente a la ciudadanía en la elección de jueces y magistrados.
Un recorrido por diversas zonas de la Ciudad de México evidenció la escasa afluencia de votantes. En el parque Tlacoquemécatl, alcaldía Benito Juárez, Mario, acompañado de su esposa y su perro, resumió el sentir de muchos: «Yo no sé ni lo que es jurisprudencia, no me hables de esas cosas». Reconoció no haberse tomado el tiempo de buscar información sobre la ubicación de su casilla o los candidatos, una situación que su esposa, votante habitual, también atribuyó a la falta de datos sobre las candidaturas y las funciones del Poder Judicial. La viralización de mensajes en WhatsApp que sugerían abstenerse si no se conocían ciertos puntos clave, pudo haber exacerbado esta tendencia.
Las cifras de las casillas consultadas confirman la baja participación. En la ubicada en el centro educativo «South Peak Elementary School», en San José Insurgentes, solo 129 de 2,200 ciudadanos registrados habían votado hasta las 16:00 horas. Similarmente, en el Instituto Mora, colonia San Juan, apenas 210 de 1,849 votantes habían acudido hasta las 17:00 horas. Supervisores de casilla, aunque predispuestos a una baja afluencia, se sorprendieron por el tiempo que los votantes tardaron en llenar las boletas (entre 20 y 40 minutos), incluso con la ayuda de «acordeones» o guías de votación distribuidas como propaganda.
La percepción generalizada entre los funcionarios de casilla fue que la mayoría de los votantes llegaron sin la información necesaria para ejercer un voto informado. El caso de Blanca es ilustrativo: votó «por casualidad» al pasar frente a su casilla y reconoce no haber investigado a los candidatos. Finalmente, optó por las propuestas del propio Poder Judicial, buscando mantener una separación con el Ejecutivo y el Legislativo.
Esta jornada electoral, aunque histórica en su concepto, subraya el desafío de comunicar y legitimar procesos democráticos innovadores cuando la ciudadanía carece de la información y el interés para participar activamente. La gran pregunta que queda en el aire es cuántos participaron realmente en esta elección judicial, y qué implicaciones tendrá esta baja afluencia para la legitimidad del proceso y la futura reforma del Poder Judicial.
Fuente: La Jornada
