Después de 41 días de inactividad, las oficinas del Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCDMX) han reabierto sus puertas, marcando un retorno a las labores para trabajadores y usuarios, quienes se enfrentan a largas filas y una carga de trabajo acumulada que no da tregua. Los pasillos...
julio 9, 2025
Después de 41 días de inactividad, las oficinas del Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCDMX) han reabierto sus puertas, marcando un retorno a las labores para trabajadores y usuarios, quienes se enfrentan a largas filas y una carga de trabajo acumulada que no da tregua.
Los pasillos de la Ciudad Judicial, en la colonia Doctores, muestran a los comisarios custodiando expedientes con métodos improvisados, usando diablitos amarrados con cuerda o cargándolos al hombro, una imagen que evidencia el rezago monumental generado por el paro. Los trabajadores administrativos anticipan una avalancha de expedientes de las oficialías.
Con resignación, pero también con una sonrisa, los empleados trasladan documentos, mientras conversan sobre la falta de solución a sus demandas y las deficiencias en los materiales. «Pues a echarle ganas, simple y sencillamente ahorita a echarle ganas con los compañeros. Y aparte ahorita va a seguir saliendo más trabajo porque están recibiendo ahorita las oficialías de todos”, compartió José Antonio, comisario de la Séptima Sala Penal, quien prefirió no dar su nombre completo por temor a represalias.
El paro concluyó el pasado 4 de julio, cuando trabajadores y autoridades del gobierno capitalino firmaron un convenio. Sin embargo, este acuerdo no logró concretar ni un monto fijo de aumento salarial para 2026 ni un compromiso certero para mejorar las condiciones laborales, demandas clave de los manifestantes.
El final del paro se precipitó luego de que Sergio Fontes, oficial mayor del PJCDMX, emitiera un aviso advirtiendo que, si los bloqueos continuaban, el pago de la nómina se vería comprometido. Esta acción fue percibida por los trabajadores como una forma de presión para forzar el cese de la movilización.
Para José Antonio, el paro no rindió frutos: «Pues se terminó mal porque no se logró nada al final del día… no se logró nada del objetivo, porque esto es desde el gobierno”, enfatizó, reflejando el sentir de muchos de sus compañeros.
A pesar del fin oficial del paro, tres casas de campaña permanecen frente al edificio Niños Héroes 150, conocido como la Torre Blanca, agrupadas bajo una lona gris. Este es un plantón de resistencia de trabajadores como Leonardo Miguel y Ricardo Isaac Rodríguez, quienes continúan exigiendo la dignificación a través de la basificación y ofrecen disculpas por las molestias causadas a la ciudadanía, especialmente a madres con trámites de pensión y a personas con procesos penales. «No creo que aguanten mucho”, murmura un guardia, con una sonrisa resignada.
En los juzgados familiares de Avenida Juárez 8, alcaldía Cuauhtémoc, la sala de lactancia está abarrotada y las filas para los ascensores y la Defensoría Pública son largas, evidenciando el rezago en trámites cruciales como custodias y pensiones. A diferencia de los días de paro, no hay rastros de la cinta canela o los carteles que sellaban las puertas, solo la frustración de los trabajadores por los recursos limitados. «Ahora debo racionar esta caja de papel para todo este mes”, comentó un empleado, ilustrando la precariedad.
A pesar de las dificultades, los litigantes han comenzado a reagendar audiencias y diligencias. Sorprendentemente, en algunos juzgados se ha optado por reagendar de oficio en apoyo a la ciudadanía, buscando mitigar las molestias ocasionadas por el paro y agilizar el proceso de normalización.
Fuente: Proceso