En las morgues de México yacen más de 72,100 cuerpos sin identificar, según datos revelados por Quinto Elemento Lab y A dónde van los desaparecidos. Estos cadáveres ingresaron a los Servicios Médicos Forenses (Semefos) entre 2006 y 2023, sin que el Estado haya cumplido con su deber de devolverles...
septiembre 25, 2024
En las morgues de México yacen más de 72,100 cuerpos sin identificar, según datos revelados por Quinto Elemento Lab y A dónde van los desaparecidos. Estos cadáveres ingresaron a los Servicios Médicos Forenses (Semefos) entre 2006 y 2023, sin que el Estado haya cumplido con su deber de devolverles un nombre. En un país con más de 115,000 personas desaparecidas, un número importante podría estar siendo buscado por sus familias, mientras permanecen olvidados en fosas comunes o refrigeradores mortuorios.
Este fenómeno, conocido como la «crisis forense», ha condenado a miles de familias a un peregrinaje interminable. José Ugalde, vocero del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM), describe la experiencia de revisar cientos de fotografías de cuerpos violentados como «un paso por el inframundo». La falta de apoyo psicológico y el estado en que se encuentran los cuerpos, mutilados por la violencia, agravan el sufrimiento. «Te dejan sin comer, con pesadillas», señala.
Durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, 34,699 cuerpos sin identificar, el 48% del total, llegaron a los Semefos. Esto, a pesar de que la restitución de identidades y la búsqueda de personas desaparecidas fueron proclamadas como una «prioridad» de su gobierno. Mientras el presidente dedicaba recursos y tiempo a proyectos como la identificación de los restos del revolucionario Catarino Erasmo Garza, el rezago en la identificación de miles de cuerpos continúa creciendo.
En el actual sexenio, 51,791 personas han desaparecido, representando el 44.8% del total de víctimas de desaparición en México. A diario, una persona desaparece cada hora en promedio. Esta cifra supera las desapariciones ocurridas en los sexenios de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, lo que subraya la gravedad de la crisis de seguridad y derechos humanos que vive el país.
Desde que Calderón inició la “guerra contra las drogas” en 2006, el problema ha ido en aumento. Los cuerpos acumulados en las morgues como «NN» (No Nombre) se han multiplicado con cada sexenio, sin que se vislumbre una solución.
En 2023, se registró un récord de 8,139 víctimas sin identificar, y la tendencia al alza sigue año con año. Esta crisis forense no solo es un problema institucional, sino una tortura psicológica para miles de familias que, como José Ugalde, viven con la incertidumbre de si su ser querido yace sin nombre bajo la tutela del Estado. «Es una desesperación, un dolor, una rabia que no termina», concluye Ugalde.
El gobierno de López Obrador se enfrenta a críticas por su incapacidad de atender esta crisis. Mientras se destinan recursos a monumentos históricos y otras prioridades simbólicas, los cuerpos sin nombre siguen amontonándose, y las familias, desamparadas, continúan en su búsqueda sin respuestas claras ni apoyo suficiente.
Fuente: Animal Político