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La salud pública en México está en crisis, y los datos duros hablan por sí solos. Desde la llegada del actual Gobierno federal encabezado por Morena en 2018, la población sin acceso a servicios de salud ha aumentado de manera alarmante, pasando de 20 millones a 50 millones de...
septiembre 19, 2023
La salud pública en México está en crisis, y los datos duros hablan por sí solos. Desde la llegada del actual Gobierno federal encabezado por Morena en 2018, la población sin acceso a servicios de salud ha aumentado de manera alarmante, pasando de 20 millones a 50 millones de personas al cierre de 2022. Esta cifra es un reflejo preocupante de una administración que parece haber relegado la salud a un segundo plano en sus prioridades.
Uno de los factores que contribuyen a esta grave situación es la eliminación del sistema de salud del Seguro Popular por parte del Gobierno, sin contar con una alternativa sólida y probada para sustituirlo. Esta decisión ha dejado a millones de mexicanos sin acceso a servicios médicos esenciales, poniendo en riesgo su salud y bienestar.
Pero el problema no se detiene aquí. Los datos revelan que la salud no es una prioridad real para el Gobierno actual. La inversión en salud pública durante esta administración es del 5.4% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, una cifra que se encuentra por debajo de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la cual el país es miembro, y es una de las más bajas en América Latina.
De acuerdo con una gráfica de México Evalua, la CDMX fue la entidad con mayor incremento en este gasto en un 88.3%. Entre la escasez de medicamentos y la saturación de los servicios de salud, la población ha optado por los servicios privados o incluso los que ofrecen farmacias de manera particular para atender su salud. Incrementando no sólo el costo de la atención sino también de los medicamentos necesarios para su padecimiento.
Este incremento se dio entre 2018 y 2022, un lapso de tiempo bastante corto y en la cual, además de la pandemia, se han tenido que enfrentar otros retos, desde la pérdida de empleos y con ello la falta de un servicio de salud para todos. Además de la CDMX, los estados de Campeche, Tabasco y Nuevo León, también son de los que más gasto de bolsillo tienen en el sector salud.
Esto contrasta drásticamente con las promesas iniciales del Gobierno de garantizar «atención médica y medicamentos gratuitos» para todos los mexicanos, incluso equiparando el sistema de salud con el de países como Canadá o los países nórdicos.
Sin embargo, la realidad es diferente. Según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) de 2022, una vez superada la pandemia, las familias mexicanas gastaron un 54% más en salud por trimestre en comparación con 2018. Además, la proporción de personas que buscaron atención médica en el sector privado aumentó significativamente, pasando del 46% en 2018 al 59% en 2022. Estos indicadores reflejan un retroceso evidente en el acceso a la salud, y lo más preocupante es que esta regresión se ha concentrado en los estados más vulnerables del país, entre las personas mayores y en la población indígena.
Para comprender la gravedad de la situación, es esencial analizar el gasto de bolsillo por entidad federativa. Sorprendentemente, las zonas más marginadas del país son las que han tenido que desembolsar más dinero para acceder a servicios de salud. Es relevante destacar que los estados con mayores gastos de bolsillo en salud son precisamente los más rezagados económicamente.
Por ejemplo, Oaxaca, con el gasto más alto en salud, ocupa el tercer lugar más bajo en ingreso monetario por hogar. En contraste, Baja California Sur, con el ingreso monetario más alto, tiene uno de los menores gastos de bolsillo en salud.
La situación es clara: se necesita con urgencia una reorganización del sistema de salud en función de las condiciones económicas y sociales de cada región, ya que son precisamente los más desfavorecidos quienes deben invertir más en medicamentos, consultas y especialidades médicas. La promesa de un sistema de salud de primer nivel, comparable con el de naciones desarrolladas, parece estar cada vez más lejana, y los datos revelan un escenario preocupante en el que la salud de millones de mexicanos está en riesgo debido a la falta de prioridad y recursos destinados a este vital sector.
