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Científica hondureña crea la primera vacuna sin patente contra COVID-19

Han pasado casi dos años desde que la Organización Mundial de la Salud declaró pandemia a la nueva enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-19). Desde entonces, cientos de científicos de diferentes partes del mundo han trabajado para crear vacunas que nos protejan contra el COVID-19. Sin embargo, algunas farmacéuticas...

enero 14, 2022

Han pasado casi dos años desde que la Organización Mundial de la Salud declaró pandemia a la nueva enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-19).

Desde entonces, cientos de científicos de diferentes partes del mundo han trabajado para crear vacunas que nos protejan contra el COVID-19.

Sin embargo, algunas farmacéuticas de los países más poderosos se han mostrado a favor de la propiedad intelectual de las vacunas que crearon. Mientras que otras pedían la liberación de las patentes para que las vacunas se pudieran producir en mayores cantidades y llegaran a los países más pobres.

Ese es el caso de una científica hondureña, cuyo trabajo busca ponerle fin al enfrentamiento gracias a una vacuna libre de patentes.

Su nombre es María Elena Bottazzi y es coordinadora del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas, en Houston, Estados Unidos.

María Elena Bottazzi

En colaboración con el doctor Peter Hotez, la doctora Botazzi diseñó una vacuna anticovid que recibió la autorización para uso de emergencia en India a finales de diciembre.

El nombre del fármaco es Corbevax y toda la información necesaria para fabricarla está disponible sin ánimo de lucro. De acuerdo con Bottazzi, ella y su equipo se encuentran en conversaciones para producir la vacuna en países como Indonesia, Bangladesh y Botsuana.

Además, la doctora está especialmente interesada en que Borbevax se pueda producir en Cetroamérica y distribuirse por toda la región.

coronavirus

Tecnología de Corbevax

Corbevax está basada en una tecnología tradicional llamada proteína recombinante. Dicha tecnología ya ha probado ser efectiva en vacunas como la de la hepatitis B.

Su funcionamiento se basa en utilizar proteínas de un virus para despertar una respuesta inmune; pero no la enfermedad. Este proceso es mucho más sencillo y barato que el de otro tipo de vacunas, como las de ARN mensajero producidas por Pfizer y Moderna.

De acuerdo con el estudio de Fase III entre 3.000 voluntarios, Corbevax tuvo una eficacia del 90% para prevenir la enfermedad causada por la versión original del SARS-CoV-2, y del 80% para la variante delta.

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